Estuvimos con Divertimento en Alba de Tormes el domingo 15 a las 13:30 horas. Aunque la hora de comer no sea la mejor para que el público sea numeroso, siempre es de agradecer un concierto cuasi privado. El equipo de sonido no era muy aparatoso pero el resultado fue estupendo. Son buenos pero necesitan un público interesado, sino medianamente entendido.
Escuchamos en directo a Divertimento por primera vez en la noche de San Juan de 2005 en Villamayor (Salamanca, es el pueblo del que procede la famosa piedra utilizada en los monumentos más famosos de la ciudad). El escenario no era el mejor de los posibles y el equipo de sonido bastante deficiente. Tocaron en un descampado detrás del pueblo con una hoguerita a medio extinguir y unos pocos lugareños. Al final de la noche Ramiro les pedía que aguantaran un poco más, sólo tres temas, e intentaba llevárselos al huerto contando su historia de La Gabacha. Por si alguien no la conoce, aunque la cuentan siempre, (ya es hora de cambiar los chistes, ¡es broma!, aunque no lo creáis hay gente que os ha visto más de una vez...), es una pieza que aprendió de un francés en Santiago al que no le preguntó por su nombre y por eso "cariñosamente" la llamaron La Gabacha. La siguiente ocasión para verles fue el concurso "Escenario Prau" en un teatro de Reinosa. Sonaron de maravilla y, como ya sabemos, ganaron. La tercera vez fue en Villalar y la última, de momento, en Alba de Tormes.
En Alba de Tormes se puede comer en un espacio verdaderamente original y cuidado en Casa Vetusta. No es barato pero la relación calidad-precio-espacio es, según nuestro criterio, muy buena. Las cañas se toman en Casa Fidel. El decorador es el mismo que el del restaurante recomendado pero los precios están por encima de lo normal en un pueblo, sin embargo es un lugar con sabor. La villa merece una detenida visita en la que no conviene perderse la torre del palacio-fortaleza (de los duques de Alba, reciben esta denominación precisamente por esta villa) con unos preciosos frescos y la iglesia mudéjar de la Plaza que alberga un impresionante apostolado románico. Nos os vayáis sin comprar las famosas almendras garrapiñadas que hacen las monjas (se pueden adquirir en varias pastelerías de la Plaza).
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